martes, 9 de abril de 2013

El tiempo es lo que se nos escapa mientras nos centramos en otros

Las siete de la mañana suena el despertador, buuufff que pereza, pero sabes que te tienes que levantar de la cama, y tienes una larga jornada, rápidamente repasas mentalmente todas las tareas que tienes hacer y te pones en marcha. Una ducha rápida, un café y corriendo al metro para no llegar tarde a la oficina. En el metro te relajas y te enfrascas en la lectura de un libro, apenas has leído un par de páginas, te entra un mensaje de un amigo, cierras el libro y te pasas el resto del trayecto hablando con él. No te das cuenta y llegas justo a la oficina y te despides cortante para centrarte en tus tareas.

El tiempo es lo que se nos escapa mientras
nos centramos en otros
En el desayuno, intentas leer un poco más mientras se enfría el café, y mágicamente tu amigo te vuelve a mandar mensajes, al final te acabas tomando el café helado y corriendo otra vez para no pasarte del tiempo del desayuno. 

Prosigues la jornada laboral  y ya tienes ganas de que llegue la hora de comer, y recuerdas que tienes que aprovechar el tiempo que te queda libre y comprar un par de cosas que necesitas, pero ese momento tampoco llegará. Tu amigo sabe muy bien tus ritmos y cuando estas tomando el postre ya empiezan a llegar mensajes suyos y por atenderlo te quedas sin hacer las compras.

Cuando sales del trabajo agotado y  con dolor de cabeza por los problemas de tu amigo, te entran mas mensajes, otra vez sin hacer lo que tenias previsto. Llegas a casa, miras el reloj y ya no tienes tiempo de hacer ninguna de las cosas pendientes, así que decides hablar con él para preguntar y comentarle tus problemas. Pero entonces, sorpresa, tu amigo ha desaparecido, ya ha resuelto sus inquietudes y problemas. Es por eso que el tiempo es lo que se nos escapa mientras nos centramos en otros.

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