El tiempo es lo que se nos escapa mientras nos centramos en otros

Las siete de la mañana suena el despertador, buuufff que pereza, pero sabes que te tienes que levantar de la cama, y tienes una larga jornada, rápidamente repasas mentalmente todas las tareas que tienes hacer y te pones en marcha. Una ducha rápida, un café y corriendo al metro para no llegar tarde a la oficina. En el metro te relajas y te enfrascas en la lectura de un libro, apenas has leído un par de páginas, te entra un mensaje de un amigo, cierras el libro y te pasas el resto del trayecto hablando con él. No te das cuenta y llegas justo a la oficina y te despides cortante para centrarte en tus tareas.

El tiempo es lo que se nos escapa mientras
nos centramos en otros

En el desayuno, intentas leer un poco más mientras se enfría el café, y mágicamente tu amigo te vuelve a mandar mensajes, al final te acabas tomando el café helado y corriendo otra vez para no pasarte del tiempo del desayuno. 

Prosigues la jornada laboral  y ya tienes ganas de que llegue la hora de comer, y recuerdas que tienes que aprovechar el tiempo que te queda libre y comprar un par de cosas que necesitas, pero ese momento tampoco llegará. Tu amigo sabe muy bien tus ritmos y cuando estas tomando el postre ya empiezan a llegar mensajes suyos y por atenderlo te quedas sin hacer las compras.

Cuando sales del trabajo agotado y  con dolor de cabeza por los problemas de tu amigo, te entran mas mensajes, otra vez sin hacer lo que tenias previsto. Llegas a casa, miras el reloj y ya no tienes tiempo de hacer ninguna de las cosas pendientes, así que decides hablar con él para preguntar y comentarle tus problemas. Pero entonces, sorpresa, tu amigo ha desaparecido, ya ha resuelto sus inquietudes y problemas. Es por eso que el tiempo es lo que se nos escapa mientras nos centramos en otros.

Lo importante no es el destino sino, disfrutar del camino.

Viajo en un tren que acaba de arrancar y  miro el reloj, pienso que aún me quedan tres horas de viaje y ya tengo ganas de llegar para disfrutar en mi destino. Una mirada rápida al vagón y me abstraigo en la lectura. Pasado un rato miro cómo el paisaje pasa velozmente y aún así se distinguen momentos que me abstraen. Un montículo con un mensaje de amor escrito con rocas, unos buitres grandes que vuelan en círculos sobre  un campo de amapolas, unos ciclistas que suben hablando por una cuesta muy empinada. Veo pasar pueblos pequeños de apariencia acogedora con gente conversando y paseando bajo el sol radiante.

Lo importante no es el destino sino, disfrutar del camino.

Y así escuchando música y fijándome en los detalles del camino se me pasa el tiempo tan rápido que no me doy ni cuenta que ya he llegado al final del trayecto. 

Contrariamente a lo que creía, durante el recorrido he gozado mucho y me he permitido imaginarme muchos otros viajes, muchas otras vidas y situaciones, olvidándome  por completo de dónde y por qué iba en el tren.

Así en el tren como en la vida, lo importante no es sólo fijarse unas metas que cumplir cueste lo que cueste, sacrificando cualquier cosa para lograrlas. Se tiene que vivir cada momento intensamente porque es en el devenir de los días que creamos nuestra felicidad y esto nos ayudará a conseguir lo que queremos sin sufrimientos. La recompensa de alcanzar nuestro sueño siempre es muy grande pero lo importante no es el destino, sino disfrutar del camino.

Soledad quiero estar solo.

Miro por la ventana y veo la ciudad, la gente, el ruido, los coches,  las prisas y yo aquí tranquilo en casa fijándome en los pequeños detalles, que pasan inadvertidos al caminante. Ese gorrión que vuela de árbol en árbol esquivando a las palomas, una madre que lleva nerviosa a su hijo de la mano mientras juega distraído con su avión, un joven que ayuda a un anciano a cruzar la calle. Y al fondo el mar, tranquilo y constante con su oleaje regular.

Soledad quiero estar solo.

Pienso en salir a la calle  y mezclarme entre la gente y ver la ciudad de más cerca, y pasear tranquilo hasta el mar, observando los gestos sencillos y mágicos que se esconden en cada rincón.  

Sólo imaginarlo me entra el pánico de ser abducido por las prisas y el bullicio, y sé que tendré que salir tarde o temprano. 

Como la soledad, una palabra que asusta, estar aislado, lejos de todo, sin ruidos ni distracciones. Pero es tan necesaria para encontrar la esencia de uno mismo y poder salir con valentía a la calle y disfrutar de los pequeños gestos. La ciudad, nuestro quehacer diario,  amigos, compromisos, trabajo. Y al fondo el mar, nuestra esencia, la calma, la reflexión. Todo en una misma imagen, cómo las caras de una hoja de papel, tan igual y tan contradictorio, una necesita de la otra para existir. Soledad quiero estar solo.

Tus besos me saben a café

El café, ese liquido negro que tanto disfrutan los cafeteros, con su sabor intenso y amargo, traído de lejanas tierras y que con su aroma nos abstrae de la realidad o nos une en una interesante conversación con un amigo. 

Tus besos me saben a café

El café y los besos, van de la mano. En cualquier momento puedes tomar un café, puedes besar en todos los sitios. Igual que hay muchos tipos de café también se besa de formas diferentes. El café intenso,  es como esos besos que recuerdas siempre. Un beso robado al bajar del  coche, igual que el café apresurado antes de entrar a trabajar. Un beso triste de despedida es parecido a un café amargo. El café de las mañanas que te despierta dulcemente, igual que tus besos de buenos días. Besos de buenas noches que te hacen permanecer despierto hasta altas horas de la noche, igual que el  café de después de cenar que te provoca insomnio y permite que des rinda suelta a la imaginación. El café que te tomas por seguir disfrutando un poco más con tu compañía, como los besos que no puedo parar de darte.

 
Me encanta el café, es ése momento de disfrute de la imaginación y el paladar, por eso tus besos me sabe a café.

Alma gemela o media naranja?

Dicen que cuando nacemos nuestra alma se divide en dos, quedando separadas en la Tierra. Las almas gemelas tienen los mismos intereses y los mismos gustos, gozan de la misma música y el mismo entusiasmo. No tienen edad, no entienden de distancia ni de raza, su atracción no es sólo física o sexual.

Alma gemela o media naranja?

Al reconocerse, sienten la necesidad de estar juntas y de abrazarse, besarse, de compartir proyectos, ternura, amistad. Como un todo, sin egoísmo ni individualidades.

Seguramente no somos la mitad de un todo pero cuando encuentras a una alma afín, experimentas una sensación de plenitud única, un amor incondicional que te llena de felicidad y alegría. Dicen que es el amor en su máxima expresión.

Es un concepto muy parecido al de media naranja. Sí, una naranja es la mitad de otra, pero las naranjas se pasan con el tiempo, pierden zumo y sus propiedades. Son incapaces de abrazar, bailar, escuchar música y mucho menos de besar. Sabiendo que existen almas gemelas, tú qué prefieres alma gemela o media naranja?

Del Pueblo a Hollywood

Qué bonito los pueblos pequeños, tranquilos, con poca gente, alejados del mundanal ruido de las ciudades y rodeados de naturaleza. Ideales para descansar y desconectar del ajetreo diario de la ciudad.

Del Pueblo a Hollywood

Pero bajo esa aparente calma se esconde la fuente más grande de inspiración de historias, teorías y conspiraciones. Digna de los creativos más grandes de Hollywood.

Estas villas bucólicas viven enganchadas en los cotilleos de todo el mundo, hacen grupos afines y se comentan cosas de los demás.

Incluso llegan a dividirse en grupos que no confían unos en los otros, eso sí cuando se ven se saludan amablemente y todo el mundo es un buen vecino y un gran amigo.

Seguramente la actividad de dejar volar la imaginación es la cosa más creativa que se puede hacer en un sitio pequeño con pocos sitios para el ocio. Al final sin que el artista principal haya llegado ni a imaginarlo, se ve envuelto en una historia tan irreal que es digna de llevarla del pueblo a Hollywood.

Miedo a los 40???

Todos hemos oído la típica frase “de los cuarenta para arriba no te mojes la barriga”, y es que ya antes de llegar a los cuarenta estamos constantemente con el comentario cuidado con la “crisis de los cuarenta”. Y es verdad que  ya es la mitad de nuestra vida, pero la edad sólo es un número lo que cuenta es cómo nos sentimos. Si mantenemos la ilusión por las cosas y el espíritu de niño nos sentiremos jóvenes, por el contrario si constantemente nos sentimos mayores nos pesará la edad y el día a día cada vez nos costará más. No hay razón alguna para tener una crisis, es sólo cuestión de afrontarlo con una actitud positiva.

Miedo a los 40???

Es verdad que el cuerpo ya no es tan joven, los reflejos son más lentos, nos cansamos mas, ya no somos tan ágiles, perdemos vista, incluso algunos llegan calvos.

Aunque la diferencia no es muy significativa, pues la pérdida es muy progresiva y nos vamos  adaptando a ella sin problema. Sólo cuando piensas que a los veinte años podías pasar todo un día en el parque de atracciones sin cansarte es cuando piensas que ya estas mayor.

Pero los cuarenta es la mejor etapa de la vida en muchos aspectos, hay que aprovechar la oportunidad y vivirla intensamente. Se llega en plena madurez, con la inteligencia plenamente desarrollada e independiente económica y socialmente, si ya nos hemos ido de casa y no dependemos de los padres, el grado de conocimientos y experiencia recogida a lo largo de los años, nos permite ver todo con una perspectiva mas clara y practica, podemos afrontar todas las situaciones con firmeza y certeza. Claramente a los veinte somos más vigorosos físicamente pero nos falta mucho por aprender y madurar, a los cuarenta aún se tienen fuerzas suficientes y estamos en pleno apogeo intelectual, así que para nada miedo a los 40???