Creo que a nadie le puede dejar indiferente el mar, es un lugar mágico, donde puedes dar rienda suelta a tus más profundos sueños o sufrir tus más grandes pesadillas.
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| Mirando al mar |
Su inmensidad que se confunde con el cielo nos permite hacer volar la imaginación.
En los días de calma te puedes dejar mecer por el suave compás de las olas y evadirte en tus pensamientos a lugares fantásticos, viajes de ensueño, aventuras épicas, recuerdos cálidos.
Los días de oleaje no te dejaran indiferente, te harán pensar en la fuerza de la naturaleza, en los peligros que esconden las aguas profundas, y puede que afloren tus miedos.
Para las miradas ociosas siempre se puede contar barcos, avistar pájaros o buscar peces juguetones.
Desde tierra firme, la zona segura, adentrarse en un medio inseguro nos produce muchas sensaciones, que no nos dejaran indiferentes, deja que fluyan los sentimientos y te renovaras mirando al mar.
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